Un trozo de madera....

Soy una rama formo parte de un gran Pino, él ya no me quiere, él ya no me necesita, alguien se apiado de mí, vió cuando me expulsaban y me cogió entre sus manos, ¡Fuí feliz!. Muchas personas pasan por mi lado, sin embargo, nadie notó mi presencia hasta ahora, talvez me veían superficialmente, por eso nadie notó mi existencia.

Mi nombre da igual, soy de una apariencia lisa, pero por dentro tengo mi cuerpo lleno de llagas, y es que el problema es que las personas soló se remiten a mi fría apariencia, no obstante soy dulce y quien me ha logrado ver, es a quien realmente le importo.

Un día me aseguraron mi lugar en esa, mi ex casa, mi gran Pino, allí se encontraban mis hermanos y yo los protegía con mi vida; pero miren que ilógico ahora me encuentro en una mesa con el dolor de haber sido expulsada por mis propios hermanos ya que me encontraron viejo y débil; ella me observa, ella siente cada palabra que se está tejiendo dentro de mi cabeza, ella siente mi dolor, yo le muestro mis heridas y ella las acaricia, ella toma mis manchas de tierra y las limpia, estoy bien junto a ella, mi desgastado cuerpo se está secando y pronto se pudrirá...

Pero mi mente no será en vano, ella me observa, fuí tomada en cuenta, por primera vez, como la primera vez que mi inútil cuerpo surgió de la nada, perdido en un bosque y me caracterizé como un sujeto y no como un objeto de admirar.